Las veintitrés ediciones celebradas han dado paso a la mejor Gala del Atletismo de Castilla y León, con record de premiados y de espectadores, con ese sabor especial, en el que se juntan los nervios de los debutantes y las sonrisas de los veteranos, con la emoción sin límite de los familiares y amigos que llenaron el Salón de Actos del Centro Cívico Parque Alameda-Covaresa, en Valladolid.

En todos, el sabor del trabajo bien hecho, de la satisfacción por una temporada espléndida, con muchas luces, como ese record en puntuación de Campeonatos de España, y con la sombra de la falta de mayor apoyo de las entidades oficiales, que sí reconocen la labor de la Federación y del Atletismo de la Comunidad, pero que luego no lo trasladan al BOCYL.

Muchos diputados y concejales de Diputaciones y Ayuntamientos, un sorprendente alegato reivindicativo, fundamentado y respetuoso, del salmantino Patxi García, que había recogido un trofeo del club Atlético Salamanca, con demandas de mayor apoyo, dirigidas a los políticos presentes en la Sala, en especial, al Director General de Deportes, Alfonso Lahuerta, que recogió el guante y prometido más ayudas, y, sobre todo, pagadas con mayor diligencia.

En el plano deportivo, en el escenario estuvieron tres atletas que brillaron en el campeonato de Europa absoluto de Zúrich, el leones Roberto Alaiz, quinto y mención especial, y el segoviano Javier Guerra y la soriana de adopción Ruth Ndumbre, mejores atletas con su espléndido cuarto lugar en tierras suizas.