Nada se quiso quedar atrás para contribuir a que las dos concentraciones del puente del Pilar, desarrolladas en Valladolid, hayan sido todo un éxito.

La climatología, extraordinariamente bondadosa para la época del año, los jóvenes atletas, cumplidores en los entrenamientos, y revoltosos, lo justo, en el alojamiento, y un gran equipo de entregados téccnicos, con las dosis precisas de veteranía y juventud, han sumado para que la satisfacción fuera general en la despedida, con lágrimas en muchas caras, aunque fuera solo un hasta luego, unos pocos se volverán a ver este sábado, y los más, en menos de un mes, en la nueva temporada.

En resumen, hay que dar las gracias a todos.